Hay que utilizar un poco más el sentido común y darse cuenta de que una cosa es acosar a alguien desde una postura de poder y otra cosa, muy distinta, la grosería, el mal gusto o la torpeza.
Algunas feministas confunden, seguramente de forma deliberada, las "proposiciones deshonestas" con el acoso o la violencia de género. Aunque a veces pueden ser lo mismo, no siempre lo son., ni mucho menos.